El conocimiento de los Sagradas Escrituras se convierte en esencial para acercarnos con mayor rigor a buena parte de las grandes obras artísticas del pasado. Hoy nos hacemos eco de la Parábola del hijo pródigo, asunto tratado por diversos pintores a lo largo de los siglos con los más variados enfoques. El Evangelio según San Lucas nos ofrece el sobrecogedor relato del amor incondicional de un padre y de su misericordia. Charles Dickens afirmó que esta parábola era “La historia más grande jamás contada.”
Narra el Evangelista San Lucas:
"Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros." Y, levantándose, partió hacia su padre.
«Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta. «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!" «Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."
Bartolomé Esteban Murillo. La despedida del hijo pródigo. 1660 – 1665. Museo del Prado
John Macallan Swan. The Prodigal Son. 1888. Tate Gallery. Londres
Alberto Durero. El hijo pródigo. Hacia 1496. Colección Real Británica
Jan Steen. El regreso del hijo pródigo. 1670. Colección particular
Leonello Spada. El regreso del hijo pródigo. 1608-1611. Museo del Louvre
Pompeo Batoni. El retorno del hijo pródigo. 1773. Kunsthistorisches. Viena
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