Rodolfo Enrique Cabral, conocido artísticamente como Facundo Cabral, nació el 22 de mayo de 1937 en La Plata y su vida estuvo signada por duros golpes como el abandono de su padre y, muchos años después, el accidente de aviación en el que murieron su mujer y su hija. Su padre abandonó a la familia un día antes que Facundo (último de siete hermanos) naciera. Su madre Sara es expulsada de la casa donde vive, viéndose obligada a cruzar el desierto de la Patagonia de pueblo en pueblo durante nueve años, con siete hijos, sola. Durante los primeros siete años mueren cuatro de sus hermanos de frío y hambre.
De espíritu errante y con tendencia al misticismo, él mismo contó que fue mudo hasta los 9 años y analfabeto hasta los 14 y que pasó parte de su infancia en un reformatorio. Desde el comienzo de la dictadura militar en 1976, se vio obligado a abandonar la Argentina, radicándose en México. En 1978 su mujer Bárbara y su hija de un año mueren en un accidente de avión.
Su propuesta artística resulta difícil de encasillar. Aunque compuso canciones y algunas de estas trascendieron como «No soy de aquí ni soy de allá», su obra también consistía en contar historias con una estética que entremezclaba la crítica social, sátira, misticismo, cristianismo, anarquismo, optimismo, hedonismo y libertad. En ellas citaba constantemente a Jesús, Atahualpa Yupanqui, Krishnamurti, Borges, Whitman y Teresa de Calcuta, entre otros.
Al momento de definir su trabajo, Cabral aseguraba que en vez de trovador o un contador de historia, él representaba lo que en la Edad Media se conocía como juglar.
En los recitales que realizó, el compositor revelaba algunos aspectos personales de su vida como que no tenía hogar y que recorría el mundo viajando de hotel a hotel.
Facundo Cabral fue asesinado en Ciudad de Guatemala el 9 de julio de 2011 por sicarios que lo confundieron con un empresario vinculado al narcotráfico.
La Unesco lo declaró en 1996 «Mensajero mundial de la paz» y fue nominado al premio Nobel de la Paz en 2008.
Dos detalles de su biografía
1) El reencuentro con su padre
Una noche, tras terminar un concierto, Facundo con 46 años encima, se llevó una gran sorpresa, en el pasillo lo esperaba su padre. “Lo reconocí porque era igual a la foto que mi madre siempre había guardado, pero con el pelo cano. Lo reconocí en el acto porque siempre vi esa foto”, contaba Cabral. “Mi padre era muy apuesto. Todo lo contrario a mí, era muy elegante. Estaba allí y me quedé congelado”.
“Mi padre agotó el odio que había acumulado en mí, lo odié profundamente, había dejado sola a mi madre con siete hijos. Murieron cuatro de hambre y frío. Tres sobrevivimos de milagro”. Y ahora estaba frente a él, con todo el derecho de decirle lo que su corazón guardaba. En ese momento, el recuerdo de las palabras de su madre retumbaron en su cabeza:
“Vos que caminás tanto, algún día te vas a encontrar con tu padre. ¡No cometas el error de juzgarlo! Recuerda el mandamiento: honrarás al padre y a la madre. Segundo, ese hombre que vas a tener enfrente es el hombre que más amó, más ama y más ha amado tu madre. Tercero, lo que corresponde es que le des un abrazo y las gracias porque por él estás gozando las maravillas de Dios en el mundo.”
El desenlace de este encuentro lo cuenta él mismo: “Por eso cuando vi a mi padre nos acercamos, nos abrazamos y fuimos grandes amigos hasta el final de sus días. Aquella vez me liberé, dije: ‘Mi Dios, qué maravilloso es vivir sin odio’. Me costó años perdonar y pude hacerlo en un segundo. Y me sentí tan bien”
2) Su relación con Madre Teresa de Calcuta
Cuando murieron su mujer y su hija en un accidente, me llamó la Madre Teresa de Calcuta “¿Sabes que me dijo? ... ah! caramba, ahora si que tienes un gran problema ¿Donde vas a poner el amor que te va a sobrar? ... y me llevó a Calcuta a lavar leprosos y me salvó ... pon el amor donde haga falta”
Sus canciones
Cabral dejó un vasto legado de música, poesía, pero también de sentido espiritual. Sin pretenciones, el mismo se calificaba: "Ando solo por la vida con un tono y dominante modestamente cantor sin pretensión de enseñar"... pero evidentemente sus letras dicen mucho y calan hondo. Dejamos aquí como muestra 2 canciones.
La primera, "no soy de aquí ni soy de allá" que probablemente representa su mejor autobiografía compuesta en 1970. Esta canción puso a Facundo Cabral en el mapa musical internacional y en poco tiempo se convirtió en su tema característico. La canción fue modificada por Alberto Cortez en una versión posterior.
Se trata de una letra fuerte, con mucho fondo de denuncia y con ideas que pueden parecer duras de entender, incluso que pueden no compartirse , pero ahí están dichas...
“Me gustan los que se callan y me gustan los que cantan, y de tanto andar conmigo me gusta lo que me pasa.
Me pasan cosas como éstas, aunque no tenga importancia andar contándole a todos todas las cosas que pasan.
Porque uno no vive solo y lo que a uno le pasa le está sucediendo al mundo, única razón y causa.
Pues todito es tan perfecto porque perfecto es Dios, que se mueve alguna estrella cuando arranca una flor, por eso si hay uno, hay dos.
Supe del diablo la noche que al hambriento dije no, también esa noche supe que el diablo es hijo de Dios.
Ando solo por la vida con un tono y dominante modestamente cantor sin pretensión de enseñar, porque si el mundo es redondo no se que es ir adelante, andar y andar, siempre andando nada mas que por andar.
No vine a explicar al mundo, sólo vine a tocar.
No quiero juzgar al hombre, al hombre quiero contar.
Mi condición es la vida y mi camino cantar, cantar y contar la vida es mi manera de andar.
Un día llegue a Tandil y conocí a un anciano que a falta de inteligencia se le dió por ser muy sabio, le pregunté por Jesús una noche al lindo viejo y ahí mismo lo conocí cuando me alcanzó un espejo.
Yo bailo con mi canción y no con la que me tocan, yo no soy la libertad, pero sí el que la provoca.
Si ya conozco el camino pa' que había de andar al costado, si la libertad me gusta, pa' que había de vivir de esclavo.
Elegir, yo siempre elijo más que por mi, por mi hermano y si he elegido ser águila fue por amor al gusano.
Prefiero seguir de pie y no en caballo prestado, alguien por una manzana pa' siempre quedó endeudado,, siempre se llega primero el que va más descargado.
El día que yo me muera no habrá que usar la balanza, pues pa´velar a un cantor con una milonga alcanza.
Doy la cara al enemigo, la espalda al buen comentario porque el que acepta un halago empieza a ser dominado.
El hombre le hace caricias al caballo, pa´montarlo.
Perdón si me propasé y me puse moralejo, nadie puede dar consejos, no hay hombre que sea tan viejo.
Me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo.
Me gusta andar, pero no sigo el camino pues lo seguro ya no tiene misterio.
Me gusta ir con el verano muy lejos pero volver donde mi madre en invierno, y ver los perros que jamás me olvidaron y los caballos y los abrazos que me dan mis hermanos, me gusta… me gusta… me gusta…”
La segunda, "este es un nuevo día" que es un recorrido lleno de esperanza: vivo cada mañana. Es una canción extraordinaria, maravillosa y agradecida a la vida.
Esta es la canción que canto cada mañana al despertar,
Para agradecerle al Cielo,
La gentileza de un nuevo día,
Es decir de una nueva oportunidad.
Porque siempre se puede empezar de nuevo,
En una eternidad siempre se puede empezar de nuevo,
Y esto es tan cierto como que el paraíso no está perdido sino olvidado.
Este es un nuevo día,
Para empezar de nuevo,
Para buscar al ángel,
Que me crece los sueños.
Para cantar,
Para reir,
Para volver
A ser feliz
Todos nacemos con un ángel de la guarda,
Pero pocos lo conservamos,
Hay quien prefiere un sicoanalista.
Todos tenemos una conciencia,
Pero pocos la escuchamos,
Hay quien prefiere la televisión.
Todos somos ricos, es decir hijos de Dios,
Pero pocos lo sabemos,
Perdona hermano que yo no entienda que no seas feliz
En tan bello planeta,
Que hayas hecho un cementerio de esta tierra,
Que es una fiesta.
Tienes un corazón, un cerebro,
Un alma, un espíritu,
Entonces como puedes sentirte pobre y desdichado.
En este nuevo día,
Yo dejaré al espejo,
Y trataré de ser,
Por fin un hombre nuevo…
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