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El canto de la Sibilla (El Cant de la Sibilla)



En la antigüedad clásica griega era una sacerdotisa del dios Apolo con la función de hacer predicciones a través de los oráculos. La primera llamada Sibila dio nombre a las demás, por ejemplo a Herófila de Troya; otras no menos famosas fueron la de Eritrea, la de Libia, la de Frigia, la de Samos, la de Cumas y la de Delfos. La Sibila de Cumas era autora de tres libros que contenían sus predicciones y que ejercieron cierta influencia en la vida de Roma y estaban escritos en hexámetros griegos y sobre tela. Los adquirió Tarquinio el soberbio y desaparecieron en el incendio del templo de Júpiter Capitolino en el 84 a.C.


El cristianismo adoptó e incorporó algunas Sibilas en su literatura e iconografía, por la analogía que puede establecerse entre dicha profecía y el concepto bíblico del juicio final. Entre ellas destaca, la Sibila Cumana que predijo el nacimiento de Cristo o la Sibila Eritrea quien profetizó el Juicio Final.


Michelangelo las incorporó en la Capella Sixtina junto con los profetas del Antiguo Testamento

El Cant de la Sibil·la (Canto de la Sibila ) es un drama litúrgico de melodía gregoriana que tuvo mucha difusión durante la Edad Media en el sur de Europa y que se interpreta de forma tradicional en la Misa de Gallo en las catedrales de Mallorca y de Alguer (Cerdeña).


Precisamente, Mallorca y Alguer son los dos únicos lugares en los que el canto constituye una tradición que se prolonga desde la Baja Edad Media hasta nuestros días, habiendo quedando incluso inmune de la prohibición acaecida en el Concilio de Trento (1545 - 1563).


El testimonio más antiguo de la sibila cristianizada y cantada en monasterios lo aporta un manuscrito en latín del monasterio de San Marcial de Limoges (Francia), en pleno Imperio Carolingio. En España el documento más antiguo que se conserva es un manuscrito visigodo de la mezquita-catedral de Córdoba del año 960, perteneciente a la liturgia mozárabe. Del siglo XI data también el manuscrito de Ripoll redactado en latín, en el ámbito de la cultura litúrgica hispánica, siendo en poblaciones de Cataluña, en donde en buena medida arraigaría.


El Canto de la Sibila constituyó pues una tradición cultural cristiana que tenía como tema central el juicio final que se emitiría sobre buenos y malos, es decir, sobre los fieles al Rey y Juez Universal, cuya llegada era anunciada desde la fiesta de su nacimiento en la condición humana. Inicialmente no fue propio de la Nochebuena actual.



El primer paso en el proceso de popularización fue la incorporación del canto en latín en las catedrales. Así fue sucediendo en territorios occidentales del sur de Europa que actualmente forman parte de España, Francia, Italia y Portugal, llegando a Mallorca probablemente en 1360. Así, la versión más antigua con música utilizando pentagrama y redactada en mallorquín se conserva en un cantoral del siglo XV procedente del convento de la Concepción de Palma de Mallorca. En las mismas fechas se recoge en un "Lectionarium" de la Catedral de Barcelona, también con notación musical.


Con el paso del tiempo, fue desapariciendo del canto en lo que hoy es Francia, Portugal, Italia (salvo en Alguer) y en el resto de España (Castilla, Aragón, Galicia y Cataluña), tras su prohibición por el Concilio de Trento en 1563.


En la actualidad se está reintroduciendo el Canto de la Sibila, desde el 2009 en la catedral y en la Basílica de Santa María del Mar (Barcelona), así como en la catedral de Valencia y otras poblaciones de la actual Comunidad Valenciana, tales como Gandía, Sueca y Onteniente, donde se interpreta en latín desde el año 2000.


Hay varias versiones del canto según lo lugares. Todos reflejan ese ambiente apocalíptico, con frases de este tipo: Iudicii signum tellus sudore madescet, “Signo del juicio: la Tierra será empapada de sudor” Estos versos recuerdan la proximidad del Juicio Final. El texto que la sibila entona es sobrecogedor, puesto que con esto lo que se pretendía era la contrición de los espíritus. Transmiten estos versos el anuncio a los cristianos de la proximidad de la segunda venida de Jesucristo para juzgar el mundo.


Ans del judici no serà

un gran senyal se mostrarà;

lo sol perdrà lo resplandor,

la terra tremirà de por


Normalmente lo protagoniza un niño o una mujer, vestido de Sibila, una adivinadora del mundo pagano, que con túnica, manto de seda y espada en mano, interpreta a capella el inconfundible e impresionante melodía profetizando la venida del mesías y un terrible fin del mundo.


Video que explica brevemente el Canto dela Sibilla

un resumen musical

A continuación dejamos dos versiones completas del Canto de la Sibilla

Jordi Savall – Montserrat Figueras – La Capella reial de Catalunya

Carles Magraner – Capella de Ministrers

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