Acabamos de celebrar la semana de oración por la unidad de los cristianos (17 al 25 enero).
Un resumen sobre lo que es el ecumenismo y la situación actual
Del griego ikuméni, “tierra habitada”, este término se utilizó desde los tiempos del Imperio Romano para expresar la totalidad de las tierras conquistadas, el mundo como unidad. En la actualidad la palabra «ecumenismo» tiene una significación eminentemente religiosa, y es usada para aludir a los movimientos existentes en el seno del cristianismo cuyo propósito consiste en la unificación de las distintas denominaciones cristianas que se hallan separadas por cuestiones de doctrina, de historia, de tradición o de práctica.
El significado de «oikoumenē» fue usado por el Emperador Costantino cuando convocó el primer Concilio ecuménico de cristianos en Nicea, en 325, con la participación de obispos de todo el «oikoumenē».
Por Ecumenismo se entiende el movimiento surgido, por la gracia del Espíritu Santo, para restablecer la unidad de todos los cristianos. Participan en él los que invocan al Dios Uno y Trino y confiesan que Jesús es el Señor y Salvador. Casi todos, aunque de distinta manera, aspiran a una Iglesia de Dios única y visible.
El Movimiento Ecuménico, surgió en un ambiente protestante y en un contexto misionero. Comenzó oficialmente con el Congreso Misionero de Edimburgo en Escocia en el año 1910.
Hitos del movimiento ecuménico
En 1908 Spencer Jones y Paul Wattson, dos episcopalianos estadounidenses, lanzaron un Octavario por la Unidad de la Iglesia, que tuvo una inicial acogida en el mundo anglicano.
En 1916, el papa Benedicto XV mediante el Breve Romanorum Pontificum, concedió indulgencia plenaria a todos los que en cualquier lugar de la tierra, desde el 18 de enero -en que se celebraba la Cátedra de San Pedro- hasta el 25 de enero, fiesta de la Conversión de San Pablo, rezasen por la unidad de la Iglesia
En 1925 se organizaron encuentros llamados "Diálogos de Malinas", entre el cardenal Mercier, arzobispo de Malinas (Bélgica) y los anglicanos.
Hasta prácticamente comenzar la II guerra mundial hubo bastante movimiento, especialmente en el seno de la confesiones surgidas con Lutero. Entre las muchas incitivas el Consejo Mundial de Iglesias, especialmente a partir de 1948
En 1960, con el Papa San Juan XXIII, hubo un cambio de rumbo, y se funda el "Secretariado para la Unión de los Cristianos" el organismo católico por excelencia para promover la unión de los cristianos.
El Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo (Unitatis Redintegratio), presenta las bases doctrinales y las líneas de acción práctica del ecumenismo católico. Fue promulgado por el papa Pablo VI en 1964, durante la celebración del Concilio Vaticano II.
Algunos momentos importantes de la causa ecuménica
En 1962, en encuentro del papa Paulo VI con el patriarca ortodoxo Atenágoras que hizo posible que Roma y Constantinopla levantaron mutuamente las excomuniones lanzadas en 1054.
En 1995, Juan Pablo II publicó la carta encíclica Ut unum sint, en la cual se instó a la unión de las iglesias cristianas. Ya en su carta apostólica Tertio Millennio Adveniente (1994) dirigida al episcopado, al clero y a los fieles con motivo de la preparación del jubileo del año 2000, Juan Pablo II instó a analizar el curso de los últimos diez siglos y señaló la falta de unidad de los cristianos entre «los pecados que exigen mayor compromiso de penitencia y de conversión», al tiempo que lo calificaba como «un problema crucial para el testimonio evangélico en el mundo»
La costumbre de Juan Pablo II de orar en común, en todos sus viajes, con los representantes de los hermanos separados. Lo mismo harán los siguientes Papas que conservaran esa costumbre Benedicto XVI, Papa Francisco
En 1999 en Augsburgo, Alemania, se firmó la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación en el diálogo ecuménico luterano-católico.
En 2016, el papa Francisco y el Patriarca de Moscú, Cirilo, firman una declaración conjunta reunidos en Cuba. A esa se han seguido otras declaraciones con diversas iglesias y comunidades separadas, hasta la actualidad
Entre las personalidades reconocidas por su carácter ecuménico y sus aportes decisivos al ecumenismo se pueden citar, entre otros:
arzobispo de Upsala de la Iglesia luterana de Suecia, Nathan Söderblom
filósofo ruso Vladímir Soloviev
teólogo Yves Congar
papa San Juan XXIII
patriarca Atenágoras de Constantinopla
papa San Pablo VI
Roger Schutz, fundador de la Comunidad ecuménica de Taizé
papa Juan Pablo II
Chiara Lubich fundadora del Movimiento de los Focolares
arzobispo de Canterbury Rowan Williams
papa Francisco
El ecumenismo desde el punto de vista de la iglesia católica
El Vaticano II enseñó que existen “elementos de eclesialidad” entre otros cristianos, pero a la vez que la Iglesia de Cristo “subsiste” en la Iglesia católica (LG 8; UR 4.5). Unitatis redintegratio describe la situación eclesiológica de los distintos cristianos que no están unidos a Roma. Por un lado, considera verdaderas Iglesias a las Iglesias de oriente que no reconocen el primado, y admira su tradición espiritual y litúrgica. Por otro lado, aprecia el amor a la Escritura de los protestantes, pero advierte que han perdido la sucesión apostólica y, con ella, la mayoría de los sacramentos. Por eso reciben el nombre de Comunidades eclesiales. En este caso, tendrían pendiente resolver no solo lo que se refiere al primado, sino también al episcopado. A la vez, propone la búsqueda de la comunión en la colaboración y cooperación social, en el diálogo teológico y en la oración y la conversión, verdaderos motores del diálogo ecuménico. Son estas las tres dimensiones en las que ha de desarrollarse todo ecumenismo.
Juan Pablo II ratificó estos principios en la encíclica Ut unum sint (1995) y mostró la cercanía a Roma de las Iglesias orientales, tanto católicas como ortodoxas. La Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación (1999) supuso un hito y un punto de partida para el diálogo teológico no solo con luteranos y metodistas (que la han suscrito), sino también con reformados.
Benedicto XVI promovió el diálogo teológico con ortodoxos en el Documento de Ravena (2007), que estudió el modo de ejercer el primado tal como fue vivido en el primer milenio de la cristiandad, cuando todos los cristianos estaban todavía unidos. La defensa de la creación y del medio ambiente ha sido también un buen punto de encuentro entre los distintos cristianos, si bien debe llegar también a cuestiones morales y bioéticas.
Con el motu proprio Anglicanorum coetibus (2009), el actual papa emérito apuntó una posible vía de solución a la cuestión del sacramento del Orden para las Comunidades eclesiales que, por distintos motivos, hayan podido perder la sucesión apostólica. A la vez, quedaba sentada la necesidad de la comunión en la fe como paso previo a la unidad visible.
Comments